Mostrarme un ejemplo [7 dias y 7 noches]: A continuación reproduzco el reportaje que he publicado en la revista Moxow en el número de Octubre

sábado, 4 de octubre de 2008

A continuación reproduzco el reportaje que he publicado en la revista Moxow en el número de Octubre




SERGIO DELGADO-. El popper se ha convertido en la droga más afrodisíaca entre la comunidad gay debido a sus efectos vasodilatadores que producen un aumento del placer en el acto sexual. Pese a ello no todo el mundo tiene en cuenta que, como droga, posee unos efectos adversos.

Corría el año 1867 cuando una serie de doctores europeos descubrieron los efectos vasodilatadores del popper. Esta sustancia, que está compuesta por nitritos de amilo, butilo o isobutilo, provocaba que los músculos entraran en una fase de relajación siendo empleado en el tratamiento de los enfermos de corazón y posteriormente usado para los pacientes que habían sufrido una angina de pecho.

No sería hasta un siglo después cuando en 1960, un estudio de la americana FDA (Federación de drogas y alimentos) revela que el popper estaba siendo comprado por los jóvenes para su uso personal y sobre todo para su empleo en las relaciones sexuales, paralelamente al incremento de los casos de VIH a nivel mundial. Y es que es aquí cuando el popper logra el estigma de droga gay. Empieza a ser muy popular su uso en la comunidad gay de San Francisco por ser un vasodilatador que ayuda a la erección y a dilatar el esfínter anal. En esa época, era común ver a las parejas gays bailando y oliendo una botellita pequeña en las discotecas de diversos rincones de Estados Unidos.


En 1987 esa relación entre dicho líquido y el colectivo homosexual se vio acrecentada ya que la sociedad médica mundial lo vinculó con la epidemia del SIDA. Muchos pacientes infectados por este virus habían declarado ser consumidores de esta sustancia en sus relaciones sexuales. Sea verdad o mentira, este vinculo quedó estigmatizado para siempre a partir de la década de los ochenta.

En 1990, el Congreso de los EEUU prohíbe estas sustancias para el uso personal y físico. Es aquí cuando no hace más que empezar un negocio subversivo de la compra y venta del popper. Actualmente es fácil encontrar páginas de Internet donde se venda esta droga con total “normalidad”. Sex shops, chats, tiendas virtuales, fiestas privadas, discotecas…Un comercio subterráneo y secreto para una droga que sigue siendo popular, sobre todo entre el público homosexual.

“No puedo tener relaciones sexuales sin tomar popper”
Ricardo tiene 32 años, es gay y un consumidor habitual de esta droga. El popper no conoce de clase social. Ricardo, que es administrativo en una oficina, dice que lo toma siempre que practica el sexo, “no puedo tener relaciones sexuales sin tomar popper. Si follar me gusta con el popper es aún mucho mejor, aumenta mi excitación y luego, excepto alguna jaqueca, no me produce efectos adversos”.
Suerte que tiene ya que esta droga tan estimulante y vasodilatadora, que se presenta en pequeños frascos , repercute en el sistema circulatorio y, sobre todo, en el corazón. Cefaleas, vómitos, taquicardias o mareos son algunas de las consecuencias que pueden observarse.

Cuando lo inhalo a los pocos segundos me sube rápidamente. Me produce una gran euforia y estoy feliz con todo el mundo. Eso sí debo tomarlo muchas veces ya que enseguida se me va y suele darme el bajón”, explica Ricardo.
En cuanto a su procedencia, dice que no sabe ni como ni de donde viene, “me lo pasa un conocido cuando lo veo. No le pregunto, no me importa, solo se que no puedo pasar sin él”. La dependencia de este líquido es otra de las consecuencias en los consumidores de poper así como una destrucción de la mucosa nasal.

Si preguntamos por el precio de esta droga Ricardo dice que su precio está alrededor de los 20 euros, “te pueden hacer pagar casi 30 pavos por un botecito”.
Empezó a usarlo con un novio que tuvo, hace ya muchos años. Lo usaban en sus relaciones sexuales pero una vez la relación terminó empezó a ir a sexs-bars, saunas y clubs donde descubrió que su uso entre los gays era mayor del que había imaginado. “Me quedé sorprendido porque muchos tios con los que me acostaba les molaba el popper. Ahora prefiero hacerlo con uno que tome para estar los dos en el mismo rollo”.

Ricardo dice con total seguridad que algún día dejará de tomarlo pero ahora no puede, es dependiente. La verdad es que su caso solo es uno entre millones de gays que usan esta droga para hacer más satisfactorias sus relaciones sexuales pese a las graves consecuencias que puede llegar a tener este líquido conocido como la “droga del amor”.


1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Enhorabuena!

Vi el link, está muy chulo. Me gusta.

En cuanto al tema, soy muy hipocondríaca para tomarme nada. Paso de esas cosas.